Emiliano Zapata Salazar
La familia en el desarrollo integral adolescente
La adolescencia actual se enfrenta con numerosos problemas por resolver. Hemos responsabilizado a madres y padres de muchos de éstos y en cambio, no los hemos considerado suficientemente como parte de la solución ni les hemos otorgado suficientes recursos para afrontar la adolescencia de sus hijos e hijas.
A pesar de que las investigaciones dejan ver que madres y padres siguen constituyendo una fuerte influencia para fomentar el desarrollo saludable y prevenir consecuencias negativas. La percepción social de la relación madres/padres – adolescentes se ha asociado negativamente, como resultado de una generalización y visión pesimista de los retos de la dinámica familiar durante la adolescencia. La vida familiar con adolescentes en el hogar es especial y compleja, sin embargo, la mayoría de las madres y los padres de adolescentes expresan que aún comparten un vínculo seguro y valores fundamentales. Entre un cinco y veinte por ciento reportan dificultades severas que afectan el respeto y afecto familiares.
Es fundamental que maestros y maestras resalten la importancia de madres y padres durante la adolescencia y les ofrezcan estrategias para acompañar el desarrollo y educar saludablemente a sus hijos e hijas.
Madres y padres aman a sus hijos e hijas y les desean una vida saludable, pero no siempre cuentan con un panorama claro de su rol como figuras maternas y paternas de adolescentes, ni de cómo encaminarles hacia esta meta; es en este sentido que maestros y maestras pueden participar.
A continuación se enlistan los principales hallazgos de una síntesis de más de trescientas revisiones de prácticas e investigaciones sobre el tema.Estos mensajes destacan las principales maneras en que madres y padres influyen saludablemente sobre el desarrollo adolescente que usted como profesor/profesora puede transmitir. Los padres y madres de familia deben comprender que:
1. Gran parte del mundo de los adolescentes cambia a diario; no deben dejar que su amor por ellos cambie.
2. Vigilen la actividad de sus hijos/as; ustedes todavía pueden y siguen teniendo influencia sobre ellos y ellas.
3. Den más libertad a sus hijos/as; pero no los suelten.
4. Durante la adolescencia, madres y padres siguen siendo claves. Los y las adolescentes lo reconocen.
5. Usted no puede controlar el mundo en que viven los y las adolescentes; pero sí puede aportar ayuda y disminuir riesgos.
Estrategias para madres y padres
No existe una sola forma saludable para educar a los hijos y las hijas, pero las madres y los padres necesitan orientación básica sobre a cuáles aspectos dirigir sus esfuerzos. La investigación científica documentó la siguiente serie de estrategias eficientes. Las madres y los padres necesitan de ayuda externa para llevarlas a cabo.
Amor y conexión
ü Expresar afecto, respeto y apreciación por el o la adolescente en el momento que así se sienta.
ü Reconocer los momentos gratos generados por la personalidad y el crecimiento de los hijos e hijas.
ü Esperar mayores críticas y debate y fortalecer las habilidades para discutir; respetando las ideas de adultos y adolescentes.
ü Invertir tiempo en escuchar los pensamientos, preocupaciones, intereses, actividades, tareas escolares y relaciones de su hijo / hija.
ü Tratar a cada hijo/hija como un individuo único, distinto de sus hermanos y hermanas, de los estereotipos o de su pasado.
ü Apreciar y reconocer las nuevas fortalezas y logros de los y las adolescentes.
ü Adjudicar a su hijo o hija adolescente roles significativos, útiles e importantes para la familia.
ü Pasar tiempo juntos individualmente y como familia, continuando algunas rutinas familiares al tiempo de incorporar nuevas actividades.
Controlar y observar
Ø Saber dónde está su hijo o hija y conocer sus actividades, directa o indirectamente.
Ø Mantener contacto con otros adultos que puedan mostrarle tendencias positivas o negativas de las conductas de su hijo o hija adolescente.
Ø Participar en eventos escolares.
Ø Mantenerse informado/a sobre los progresos de su hijo o hija adolescente: escuela, amistades, actividades extraescolares.
Ø Estar alerta y reconocer señales de alarma en cuanto a la alteración de la salud mental o física como: sueño, alimentación, rendimiento escolar, motivación, separación de amistades, abandono de actividades, conducta sexual, heridas, ansiedad, culpa.
Ø Pedir consejo si existe preocupación y consultar a otros adultos y profesionales.
Ø Vigilar las relaciones afectivas que contengan un potencial daño dentro, cerca y fuera del hogar.
Ø Evaluar el grado de desafío de las actividades propuestas para los adolescentes, equilibrándolo con las habilidades del adolescente para manejarlos.
Guiar y limitar
Mantener las reglas del hogar, sosteniendo algunas reglas no negociables, en relación a temas como la seguridad y los principales valores familiares y negociando otras, como las tareas del hogar.
Comunicar expectativas importantes y realistas.
Elegir los campos de batalla e ignorar temas menores frente a los más importantes, tales como drogas, desempeño escolar y conducta sexual responsable.
Utilizar la disciplina como herramienta para enseñar, no como desahogo o venganza.
Restringir los castigos a formas que no provoquen daño físico ni emocional.
Renegociar responsabilidades y privilegios, haciendo a su hijo o hija adolescente responsable bajo un monitoreo apropiado.
Dar ejemplo y consultar
Dar un buen ejemplo en relación con la exposición a riesgos, hábitos de salud y control emocional.
v Expresar posiciones personales con respecto a temas importantes
v Modelar el tipo de relaciones adultas que le gustaría que su hija o hijo tuviera.
v Responder a las preguntas con la verdad, teniendo en cuenta su madurez.
v Mantener o establecer tradiciones que incluyan a la familia, la cultura y/o los ritos religiosos.
v Apoyar la educación de su hija o hijo adolescente y su entrenamiento vocacional, incluyendo la participación en actividades del hogar; al aire libre y empleos que desarrollen sus habilidades, intereses y sentido de valor hacia la familia y la comunidad.
v Ayudar a obtener información sobre opciones y estrategias para su futuro.
v Dar oportunidades para razonar y tomar decisiones, haciéndoles preguntas que los y las estimulen a pensar lógicamente y a considerar las consecuencias.
v Ofrecer oportunidades sin riesgos para que pongan a prueba sus ideas y aprendan de sus errores.
Proveer y abogar
Establecer redes que puedan brindar una relación positiva con los adultos y los pares.
o Tomar decisiones informadas sobre escuelas y programas educativos, tomando en cuenta la seguridad, el clima social, el enfoque hacia la diversidad, la cohesión de la comunidad, las oportunidades para las relaciones entre pares y con mentores y la combinación entre las prácticas escolares y las necesidades y estilos de aprendizaje de su hija o hijo.
o Tomar medidas o abogar por la prevención de la salud, el tratamiento y el cuidado de la salud mental.
o Identificar personas y programas que informen y apoyen a madres y padres de familia para manejar las responsabilidades y enfrentar los desafíos de la educación de un adolescente.
El INE por décima ocasión genera un espacio de participación y reflexión en el que niñas, niños y adolescentes ejerzan su derecho a expresarse sobre temas de su vida cotidiana.
Con el propósito que sus opiniones sean tomadas en cuenta, a través de acciones impulsadas por el Estado mexicano, la sociedad civil y otras instituciones que contribuyan a garantizar los derechos de niñas, niños y adolescentes en nuestro país.
Les invitamos a contestar las encuestas a toda la comunidad estudiantil en:
https://forms.gle/YSr2fj6FGUSqHPHi7
https://www.ieem.org.mx/DPC/red_digital/index.html
Prevención de adicciones.
• No fumar.
• Tener una alimentación rica en frutas y verduras.
• Consumir pocas grasas animales y trans.
• Aumentar la ingesta de cereales integrales.
• Realizar entre 30 y 60 minutos de actividad física todos los días.
• Consumir ácido fólico.
• Mantener un peso saludable.
• Moderar el consumo de alcohol.
• Amamantar.
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